Un matiz realmente interesante de la individualidad es la innata necesidad de relacionarse, compartir y generar una comunidad y una red de redes. La verdadera fuerza del yo se encuentra en el nosotros, en la conexión, en el intercambio de ideas, en la diversidad de enfoques. La evolución con mayúsculas ha sido posible a la sinergia de personas que intercambiando experiencias y saberes han dado un paso más. El no sentirse solos, aislados en nuestra experiencia vital siempre ayuda a abrir las miras, a probar otras formas de hacer, a encontrar soluciones, a replantearse los caminos, a soñar posibilidades.

Es por todo esto que el proyecto Conectando escuelas tiene como razón de ser el anhelo de generar una red, una comunidad virtual, que traspasando fronteras ponga en relación a personas que al margen de ubicarse en diferentes escenarios convergen en reflexiones similares en su cotidianeidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, de forma que se puedan aunar sinergias, socializar buenas prácticas y enriquecerse multidireccionalmente.

Este proyecto, rompe claramente con la dicotomía Norte-Sur, entendiendo que la heterogeneidad es riqueza y que lo común es la clave para un fortalecimiento de la diversidad. Aprovechando la ubicuidad de los entornos digitales y las buenas prácticas desarrolladas por muchos agentes educativos, Conectando Escuelas se pone como reto la generación de una red que impulse cambios en las actitudes personales y en las estrategias de educación y que, por ende, posibilite un escenario para la Educación para la Transformación Social. Porque nada surge de la nada, porque todo el valor añadido reside en el grupo, en lo compartido, en el conectivismo, en el procomún y en las redes que transforman.