Hay ocasiones en las que las teorías pedagógicas trascienden los libros y se materializan en el aula y permiten que se generen ciertas dinámicas particulares que hacen del proceso de enseñanza-aprendizaje algo especial, auténtico. Hay escuelas que son pioneras, que se quitan el miedo y emprenden una aventura cuyo fin es hacer de la educación algo significativo y personalizado. En Conectando escuelas hemos tenido la suerte de visitar el CEIP Zurbaran (Bilbao), en el que hemos comprobado que conectar con la voz del alumnado es posible.

Hablando tanto con el alumnado como con el profesorado de esta escuela, la primera impresión que nos llevamos es que es gente acostumbrada a dialogar, a compartir preocupaciones, propuestas y soluciones. Nos cuentan que tienen un rincón de intercambios en el que hablan sobre las problemáticas o quejas que les preocupan, delegados intermediarios elegidos por votación, un buzón en cada planta del cole que acoge propuestas que luego son debatidas y materializadas en peticiones, las dirigen al ayuntamiento a través de un consejo de forma mensual.

Esta forma de hacer y de ser, que apoya la generación de una masa de ciudadanía crítica desde los primeros niveles educativos consigue generar ambientes de confianza y diálogo donde de forma asamblearia no solo se habla de lo que ocurre en la cotidianidad sino también de lo que acontece en el mundo. De este modo se da luz a todas las voces, incluso a las más tímidas, bien en asamblea, bien en tutoría; y es verdad que no siempre la propuesta sale adelante o que no todo el mundo apoya todas lo mismos intereses, pero eso es un efecto secundario de un objetivo mucho más amplio que siempre se cumple: que el alumnado se sienta escuchado.